Sinfonía para la Inclusión Social

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17 enero, 2017

Este proyecto se ha desarrollado en toda España con la participación de 14 orquestas sinfónicas y 228 personas con discapacidad intelectual que mostrarán al público de 14 ciudades españolas conciertos únicos nacidos del programa de la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas (AEOS), Plena inclusión y la Fundación BBVA. Mosaico de Sonidos comenzó a desarrollarse en marzo de 2015 por catorce orquestas sinfónicas y ocho federaciones autonómicas de Plena inclusión a través de talleres de creación sonora que lideraron 140 músicos y personal administrativo de las orquestas y en los que participaron 228 personas con discapacidad. La actividad se articuló en torno a La flor más grande del mundo, una composición de Emilio Aragón ?que ha cedido su uso a este proyecto?, y que está basada en el cuento homónimo del nobel de Literatura José Saramago. ?Buscábamos una música que fuera a la vez muy positiva, alegre y fácil de asimilar?, explica Mikel Cañada, creador y coordinador de Mosaico de Sonidos, ?y la encontramos en esta obra de Emilio Aragón, un compositor que siempre ha destacado por su sensibilidad social y que se prestó enseguida a colaborar con nosotros?. La Orquesta Sinfónica de Castilla y León (OSCyL) abrirá la programación de Mosaico de Sonidos en el Centro Cultural Miguel Delibes de Valladolid los días 12 y 13 de enero. A partir de esa fecha, el programa se verá en otras trece ciudades españolas en un total de 22 conciertos. Madrid, San Sebastián, Oviedo, Bilbao, Tenerife, Granada o Sevilla son algunas de las ciudades en las que se estrenará el proyecto Mosaico de Sonidos, que cerrará el 25 de marzo en Barcelona la Orquestra Simfònica del Vallés. El público podrá disfrutar de las piezas resultantes en la programación habitual de las catorce orquestas participantes. ?No hemos querido que se trate de un concierto extraordinario. La integración social y la visibilidad de estas personas y sus capacidades se logran mejor en un concierto ordinario?, apunta Mikel Cañada. ?En escena estarán las personas que han participado en la obra, tocando con la orquesta, integrados en la formación. Algunos usarán instrumentos no convencionales -caja, tubos sonoros que emiten una nota al girarlos o golpearlos-, otros instrumentos sencillos. Su actividad, como es natural, no exige una competencia excesiva, pero hay que hacerlo en el momento preciso y de la manera justa?. Por otra parte, al ser una música creada a partir de un cuento, hay margen para que cada orquesta trabaje con los participantes una parte actoral, de lectura, de danza, canto o artes plásticas.

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